Melaka estará siempre en nuestros corazones por diversos motivos.

Primero, porque allí nos juntamos con gente local extremadamente amable y simpática que hizo que nuestra estancia en la ciudad Patrimonio de la Humanidad fuera una gran aventura.
Nuestros amigos de Melaka

Y segundo, y más importante, porque Melaka es, Melaka FUE, nuestra última parada, la última ciudad / pueblo / monumento / lugar exótico que visitamos. La última estación desde la cual cada uno de nosotros cogió una línea diferente. Albertico iría de vuelta a casa, en Zaragoza, España; Polo iría de vuelta a casa, en París, Francia; y Miguelito continuaría viajando, su próxima parada Birmania (Myanmar).

Existe otro comentario importante que hay que añadir: Melaka fue el primer lugar al que no visitamos todos juntos y sabiendo que ya no nos juntaríamos de nuevo (al menos durante el viaje). Polo se quedó unos días más atrás en Singapur para aprovechar la visita a su amigo.

Así pues, allí fuimos con ganas de encontrar a nuestro nuevo Couchsurfer.
Nuestro Couchsurfer en Melaka no fue otro más, sino que fueron ellos, sería erróneo decir que nos quedamos con sólo uno, sino que nos quedamos con el clan Melaka en su lugar, que hizo que nos sintiéramos realmente parte de sus amigos durante los 3 días que pasamos en la ex colonia portuguesa-holandesa-británica.

Melaka (también conocida como Malaca) es, como GeorgeTown (Malasia), Luang Prabang (Laos), Hué o Hoi An (Vietnam), una de esas ex colonias europeas donde todavía quedan innumerables edificios coloniales, templos y palacios, haciendo que cada paseo sea tranquilo y placentero.
Christ Church, Melaka

Jalan Tokong y Jonker Walk son dos calles paralelas por las que tienes que pasar si vienes aquí. Probablemente estarás tentado a comprar regalos ya que hay infinidad de tiendas. Si quieres comprar algo que merezca la pena, busca las pinturas malayas o el Batik, que consiste en aplicar capas de cera sobre las regiones que no se desean teñir (zonas reservadas), fijándose las anilinas en aquellas zonas no reservadas (al menos así lo explica la wikipedia 😛 ).

La ciudad está llena de museos aunque dudamos mucho de que todos ellos merezcan la pena. Además, nosotros únicamente visitamos el Memorial de la Proclamación de la Independencia, localizado a los pies de la colina de la Iglesia de Saint Paul, justo enfrente de la Porta do Santiago.
Un bonito lugar algo alejado del centro son las «Típicas casas antiguas malayas», que están río arriba. Simplemente sigue el río y llegarás sin problemas, fácil. Si vas por la noche irás acompañado de un paseo fluvial hermosamente iluminado.
Melaka por la noche

Melaka tiene algunas cosas que mejorar.
Como la ciudad fue UNESCO desde 2008, algunas cosas fueron construidas rápidamente y mal, como por ejemplo el monorail. Ahora sólo queda el rail en sí que lleva parado casi un año, y apenas estuvo un mes en funcionamiento. Como aquél capítulo de los Simpsons (obviamente, el del monorail).
La ciudad necesita compaginar mejor la vida diaria con el turismo. Hay, y habrá, más y más turismo, y hay, y habrá, más y más tráfico. Prácticamente todas las calles tienen bastante tráfico y atascos de vez en cuando, incluso en el centro.
Algo que haría a la ciudad más interesante y bonita es el paseo marítimo. Actualmente prácticamente olvidado. Es una pena que una ciudad con puerto no se acuerde del mar. Es difícil llegar al punto marino más cercano que además no está bien cuidado. Esperamos que esto cambie, no ya sólo por los turistas, sino por los propios ciudadanos de Melaka.
El mar en Melaka

Mientras paseábamos, vimos a la policía de Melaka (los «Polis») haciendo un ensaño para un desfile que tendría lugar al día siguiente. Albertico se despertó para ir a verlo (era a las 7.45am) y fue muy divertido. Él era allí el único no ya turista, sino que no era policía, viendo ese desfile mensual, cuando de repente llegó el gran comisario quien se puso a hablar con el Albertico. Mientras hablaban, todo el mundo estaba erguido esperando al gran jefe.

Verás en el perfil de la ciudad de Melaka una torre, Menara Taming Sari, a la que puedes subir y tener una vista de la ciudad mientras la plataforma gira los 360º. Consideramos, eso sí, que la ciudad está hecha para ser vista desde abajo, paseando. Probablemente no veas más que tejados desde la torre.

Tuvimos la suerte de que en la oficina donde una de nuestras amigas malayas trabaja hubiera un show con leones chinos relacionado con el Año Nuevo Chino, durante una mañana (de hecho la última de Albertico). Fue francamente interesante, aunque por momentos no vimos nada ya que los leones visitaron todo el edificio y mientras estaban en las plantas de arriba no veíamos nada.

Por último, los rickshaws, estilo tuk-tuks y triciclos. Alegremente decorados y divertidos porque todos tenían sus altavoces debajo del asiento y podías escucharlos llegar desde bien lejos.

CONSEJOS:
– ¿Quieres comer bien? Ve a «Alex», está justo enfrente del templo hindú en la calle Jalan Tokong. O pregunta a cualquier local que esté por la zona. Un «laksa» (sopa de pescado y leche de coco) deliciosa, así como el «cendol» (postre).
– Te será muy difícil no comer galletas de piña, las hay por todas partes. Pruébalas, están buenas.
– Los hostales están muy dispersados y repartidos por la ciudad, no hay una zona en particular. Aunque os recomendamos, por su servicio y su gran desayuno, Tang’s House.
– Habla con la gente, en los restaurantes, en las tiendas, en los rickshaws, en los bares… son francamente simpáticos y amables.
– Si quieres acercarte hasta el mar, aunque no haya mucho que hacer por allí, alquila una bici.
– Tienes bus directo desde Melaka hasta el aeropuerto de Kuala Lumpur. Sin tráfico conlleva sólo una hora y media. Pregunta en la estación por los horarios. La compañía es Transnasional (la nacional).